Antes de empezar, quiero dejar clara una cosa: A
Vince McMahon le debemos TODO lo que es el Pro Wrestling a día de hoy,
así como hasta donde ha conseguido llegar este espectáculo a nivel
mundial.
Vince tomó una forma de entretenimiento marginal
que se desarrollaba frente a escaso público asistente, circos ambulantes
y audiencias localistas hace un siglo y la moldeó hasta convertirla en
el espectáculo mainstream a nivel mundial que
ahora conocemos.
Cosas que hoy se dan por supuestas y que nos
parecen tan elementales como que los luchadores salgan al ring con
música, que sus entradas sean ya tan parte del espectáculo como las
propias peleas, las formas de contar muchas de las historias
que vemos en nuestras pantallas, el estilo de producción y de emitir el
Wrestling en televisión que se lleva a cabo todavía en nuestros días, la creación de muchos de los personajes que se han acabado convirtiendo en iconos que han trascendido más allá de esta Industria y
casi cualquiera de los elementos del espectáculo que hoy, como digo,
damos por sentados, fueron ideados o convertidos
en lo que son actualmente gracias a Vince McMahon.
Sin Vince McMahon no existiría la WWE.
Probablemente, y como consecuencia, tampoco existirían otras empresas de
Pro Wrestling cuyos promotores crecieron viendo WWE/WWF en sus casas
cuando eran niños. Sin Vince McMahon no existiría este
blog y, probablemente, el Wrestling en general, como tal, sería algo
tan residual y tan marginal que cabe la posibilidad, incluso, de que
hasta se hubiera extinguido por el camino antes de llegar a nuestro
presente.
Si. Todo eso se lo debemos a Vince. Es de justicia
decirlo a la hora de abordar esta entrada en particular y, como tal,
queda ya expuesto sobre la mesa.
No hace demasiados años, cuando contemplábamos a
Vince McMahon como líder único y absoluto de la Compañía no solo en su
vertiente más empresarial, sino también en la creativa llegando,
incluso, a ser un personaje más dentro de las historias
que se contaban en WWE, pocos pensábamos en qué términos iba a
sobrevenir su abrupto final dentro de la Compañía.
Y es que, pensar en Vince no hace tantos años era
pensar en una emotiva retirada por todo lo alto llegado el momento, un
ingreso en el Hall of Fame de la Empresa con todos los honores y
sentidos homenajes provenientes de todos los rincones
de la Industria del Pro Wrestling…
… Nadie esperaba, por contra, a un Vince McMahon
prácticamente forzado a salir de WWE en silencio, con deshonor y por la
puerta de atrás cuando emergían a la luz gravísimas acusaciones sobre
acosos sexuales mantenidos en el tiempo, tratos
vejatorios y comportamientos de dudosa ética y moral ejercidos por
Vince, especialmente, contra una de las empleadas de la Compañía, la
cual desataba todo este escándalo sin precedentes al llevar a los
Tribunales a Vince McMahon en un proceso judicial que,
mientras escribo estas líneas, continúa su desarrollo en los juzgados y
está aún por dirimirse.
Sea como fuere, y con o sin escándalos y procesos
judiciales de por medio, el sucesor natural de Vince en el cargo
(especialmente en lo que respecta a la vertiente creativa) era Paul
Levesque, más conocido como Triple H (o Hunter, para
los amigos).
Como digo, su situación en la Compañía lo hacían
ver como el lógico sucesor natural de Vince cuando este faltara (fuera o
no su salida con escándalos judiciales de por medio): yerno de Vince,
siempre cercano a la cúpula de la Compañía y
a sus decisiones creativas por esta razón, atesorando una gran
experiencia como ex-luchador profesional que le otorgaba muchas tablas
para dichos menesteres y, sobre todo, habiendo ya demostrado talento
para cargos directivos cuando, al mando de NXT como división
de desarrollo, lograba en la denominada “Black & Gold Era” de dicha
marca ser el producto de más calidad dentro de la WWE superando,
incluso, la calidad de Raw y de Smackdown como shows principales de la
Empresa durante aquellos años en los que NXT dependía
totalmente de sus decisiones, una vez Vince delegaba totalmente en
Hunter el control total de la división.
Con este panorama, llegábamos por fin a la
sorpresiva, inesperada e impactante salida a marchas forzadas de la
Compañía de un Vince sumido en los escándalos y en los procesos
judiciales anteriormente expuestos, dejando así via libre a un
Triple H que pasaba ahora a ocupar su lugar controlando el main roster
de la Compañía como booker principal, pasando a dejar NXT en manos de un
nuevo equipo creativo capitaneado por su amigo Shawn Michales desde ese
momento.

Alcanzando ya momentos mucho más recientes a la
fecha en la que escribo esta entrada llegamos ya al pasado año de 2024,
el cual ni el hater más recalcitrante de Triple H puede negar que fue un
año bastante bueno a nivel creativo dentro
de WWE. Hunter se limitaba a aplicar en el main roster los mismos
aciertos, buenas decisiones y bookeos a largo plazo con los que había
hecho brillar a NXT en su “era dorada y negra”; Triple H no hacía más
que “extender” en Raw y en Smackdown el buen estilo
de trabajo que había demostrado ya sus frutos anteriormente en NXT y el
producto de la Compañía ganaba así muchos enteros en relación a la
calidad que habían demostrado los shows principales en la última etapa
de Vince McMahon al mando.
De este modo llegamos al año que nos ocupa, 2025… y
si: es totalmente innegable que el producto, en general, ha sufrido un
descenso de calidad y de brillantez en estos 10 meses que llevamos de
año en comparación al nivel al que consiguió
rallar durante el pasado año de 2024: el desastroso turn heel de John
Cena (impactante y genial en su comienzo, pero desastroso a posteriori
por no lograr darle una continuidad acertada); shows aburridos
(especialmente en lo que respecta a Smackdown), historias
menos interesantes y menos inspiradas y, en definitiva, un producto
que, si no desastroso, digamos que ha sido un producto que solo ha
logrado brillar a ráfagas, básicamente por venir acompañado de mucho
relleno poco inspirado; dando como fruto un producto,
a nivel general, inferior a todas luces al del año anterior.
Con todo y con eso, es de justicia reseñar los
esfuerzos que se han venido apreciando en las últimas semanas por parte
de la Compañía para intentar retomar el rumbo en este sentido: en los
shows de las últimas semanas (especialmente en
Raw y en la mayoría de PLE), se ha notado claramente un afán por
centrarse en la narrativa de las diferentes historias de una forma más
notoria y relevante, lo que está ayudando a paliar en buena medida la
sensación que han dejado muchos shows de los últimos
meses en los espectadores de ser shows “en los que no pasaba nada”.
Claramente aún es pronto para sacar conclusiones al respecto pero, de
forma evidente, se aprecia un esfuerzo por mejorar estos aspecto en los
últimos weeklys que, a su vez, han antecedido
al excelente Crown Jewel, PLE que ha acabado cuajando como uno de los
mejores shows (si no el mejor) que ha dado la Empresa en todo lo que
llevamos de 2025. Como digo, son esfuerzos que se pueden apreciar
fácilmente y que, por supuesto, se agradecen como fan
y como espectador.

… Pero no está siendo suficiente: a pesar de todo,
llama la atención de cierto sector de fans que lleva un tiempo
expresando su cabreo con el producto actual de WWE y, concretamente, con
Triple H como uno de los máximos responsables del
mismo. Sin ir más lejos, hace muy poco llegaba a ser trending topic en
redes sociales el hashtag #FireTripleH (#Despidan a TripleH), promovido y
apoyado por determinados sectores de aficionados que, no solo piden la
cabeza de Hunter como responsable creativo
máximo actual de la Compañía, sino que llegan también, incluso, a
clamar por el retorno de Vince McMahon para tales roles (si es que esto
es de alguna forma posible dadas las actuales circunstancias entre WWE y
el propio Vince que, por si fuera poco, cuenta
ya con 80 castañas a sus espaldas).
Reconociendo y apoyando que la crítica es légitima y
siempre positiva y necesaria, que el fan realmente hace bien en ser
siempre exigente y en no mostrar nunca conformismo respecto a los shows
y, por supuesto, respetando siempre todas las
opiniones de los aficionados, he de expresar, sin embargo, lo mucho que
me sorprende la poca memoria de la gente.
Solicitar la cabeza de Hunter en una bandeja de
plata mientras que, al mismo tiempo, se clama por el regreso de Vince
McMahon como booker principal de la Empresa me parece un ejercicio de
amnesia selectiva que resulta, cuanto menos, absolutamente
sorprendente.
Aquellos que claman por el regreso de Vince a los
guiones de WWE parecen haber olvidado los últimos años de McMahon al
frente del departamento creativo de la WWE: shows absolutamente
abominables, un producto paupérrimo con el piloto automático
puesto, sin riesgos, acomodado, aburrido, predecible, desprovisto de
cualquier tipo de emoción y a un nivel inferior al punto más bajo de
Triple H al cargo en cualquiera de los shows que esta bookeando
actualmente. ¿Es que nadie lo recuerda?, ¿en serio?...
Voy a hacer una lista de los despropósitos de Vince
durante los últimos años de su mandato (previos a la llegada de Triple H
para ocupar su puesto), para ver si así ponemos las cosas en contexto y
refrescamos un poco la memoria. Solo por
citar algunas cosas que se me ocurren sobre la marcha (hay mucho más):
-
Shows infumables antes y durante la pandemia
- Bookeo tozudo y lamentable en los primeros años de
Roman Reigns que, perfectamente, podrían haber arruinado su carrera como
Wrestler Profesional (afortunadamente no acabó siendo así)
- Gran Khali bailando en el ring y protagonizando ridículos segmentos de Kiss Cam con el público asistente
-
Torito (luchador con acondroplasia) hasta en la sopa y como personaje principal en Raw
-
Jinder Mahal como Campeón de la WWE (había que
expandir el negocio por India y hacer Campeón Mundial a un wrestler de
allí, aunque fuera mediocre y vendiera 3 camisetas, les pareció una
buena idea…)
-
La historia de la boda entre Rusev y Lana con infidelidad con Bobby Lashley de por medio (una novela turca en Raw)
-
Hornswoggle Campeón Crucero y último Campeón del historial de dicho Título (se extinguió poco después)
-
Santino Marella haciendo de mujer como Santina, sin
que nadie sospechara que se trataba de la misma persona (aunque
resultara evidente)
-
Todo el mundo bailaba todo el rato sin venir a cuento
-
Exagerado tono de comedia en casi cualquier cosa
(Triple H tiene un tono y un estilo de bookeo que tiende a ser bastante
más serio y más sobrio en general)
-
Se impidió a Undertaker retirarse invicto en
Wrestlemania (racha que Brock Lesnar rompió de forma polémica,
destrozando gran parte del aura y del misticismo que el personaje del
Taker debería haber mantenido hasta su retiro)
-
Mal manejo de CM Punk que ocasionó su frustración
con la Empresa y posterior salida de la misma en 2014 de malas maneras
(la Administración de Triple H, por contra, logró repescar
posteriormente a un activo tan valioso dentro de la Industria
como es Punk)
-
Exceso de peleas que acababan en DQ, demostrando un
bookeo perezoso y acomodaticio sin intenciones de “mojarse” casi nunca
en general
¿De verdad esto es lo
que queremos que vuelva?, ¿es que la gente ya no se acuerda de estas
cosas cuando clama por un retorno de Vince McMahon?...
La conclusión es clara:
Aun con todo lo que ha significado Vince dentro de esta Empresa y dentro
de esta Industria, sus últimos años al cargo del control creativo de
WWE fueron un absoluto desastre a todos los
niveles; siendo obvio que, incluso el momento más bajo que pueda pasar
actualmente Triple H como booker, supera aun así con creces a esos
últimos años de su suegro en comparación directa.
Los shows actuales de la
WWE, aun siendo todo lo flojos que queramos, siguen estando por encima
de los shows que Vince bookeó durante su último periodo en WWE.
De esta colina no me bajo.
La gente no es consciente de lo que pide y, de nuevo, me llama mucho la atención la amnesia selectiva que sufre el personal.